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Ubicación de la Aglaonema:


Aunque sea una planta de origen tropical, la aglaonema no solo no necesita incidencia directa de luz solar, sino que no la soporta. Debido a ello, es muy fácil de cultivar como planta de interior, es que puede llegar a desarrollarse sin problemas incluso sin luz natural en absoluto, solo con iluminación artificial.


Así, lo más común es cultivarla en maceta y en el interior de casa, habitualmente en una habitación iluminada, pero alejada de las ventanas. Si en algún momento ves sus hojas secas o con zonas quemadas, lo más probable es que tu aglaonema reciba demasiada luz directa y necesites moverla a otra zona más resguardada.


También tendrás que protegerla de las corrientes de viento, que la planta no lleva nada bien. Esta es una de sus pocas exigencias, así como la de que no tolera el frío. La temperatura ideal para la aglaonema está entre los 16 ºC y los 25 ºC, aunque puede llegar a tolerar de forma puntual temperaturas de hasta 10 ºC, pero nunca deberías exponerla ni siquiera un momento a menos que esto.


Riego de la aglaonema


La aglaonema es una planta que necesita de cierto nivel de humedad en el sustrato. Esto significa que los riegos deben ser frecuentes, pero no necesariamente abundantes: si te excedes y encharcas tu aglaonema, lo más probable es que consigas que sus raíces se pudran. Con el riego, como siempre decimos, es mejor quedarse corto que pasarse, pues los efectos de lo primero son mucho más sencillos de arreglar que los de lo segundo. Riega solo cuando notes que la capa superior del sustrato se ha secado, lo que puedes comprobar con un dedo, lápiz o palillo: si la tierra no se queda pegada cuando lo clavas, es que momento de regar.


Por último, puedes aportar a tu planta humedad sin riesgo de encharcarla si colocas la maceta sobre un plato con piedras o guijarros grandes y agua que no las cubra. Al mantener la base de la maceta por encima del nivel del agua, esta estará a salvo de encharcamientos, pero conforme el agua se evapore naturalmente, la humedad ambiental ascenderá hasta la planta. Hacer esto te evitará también problemas con plagas que aparecen cuando la humedad ambiental es demasiado baja, como la araña roja o el pulgón.


Sustrato para la aglaonema


Lo más importante con el sustrato de esta planta es que ofrezca un drenaje lo mejor posible. Puedes usar sustrato universal enriquecido, pero nosotros recomendamos nuestra mezcla universal para semillero: mezcla humus de lombriz, fibra de coco y turba a partes iguales y añade un buen puñado de vermiculita y otro de perlita.


Esto da lugar a un sustrato ligero, aireado y muy rico en nutrientes y microorganismos beneficiosos, con unas propiedades excelentes de retención de agua.


Abonado para la aglaonema


La aglaonema no es exigente en cuanto al abonado, pero agradecerá un aporte extra de energía en su temporada de actividad, sobre todo de cara a la floración. Añade uno o dos centímetros de humus de lombriz a la base de la planta una vez al mes o cada quince días en primavera y no lo hagas durante el resto del año, ya que el exceso de nutrientes no favorecerá a la planta en las épocas de menos desarrollo.


Ahora que ya conoces los cuidados de la aglaonema y sabes que necesita poca luz y puede estar muy bien creciendo en interior, quizás también quieras conocer otras Plantas de interior que necesitan poca luz.

Aglonema

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Ubicación de la Aglaonema:


Aunque sea una planta de origen tropical, la aglaonema no solo no necesita incidencia directa de luz solar, sino que no la soporta. Debido a ello, es muy fácil de cultivar como planta de interior, es que puede llegar a desarrollarse sin problemas incluso sin luz natural en absoluto, solo con iluminación artificial.


Así, lo más común es cultivarla en maceta y en el interior de casa, habitualmente en una habitación iluminada, pero alejada de las ventanas. Si en algún momento ves sus hojas secas o con zonas quemadas, lo más probable es que tu aglaonema reciba demasiada luz directa y necesites moverla a otra zona más resguardada.


También tendrás que protegerla de las corrientes de viento, que la planta no lleva nada bien. Esta es una de sus pocas exigencias, así como la de que no tolera el frío. La temperatura ideal para la aglaonema está entre los 16 ºC y los 25 ºC, aunque puede llegar a tolerar de forma puntual temperaturas de hasta 10 ºC, pero nunca deberías exponerla ni siquiera un momento a menos que esto.


Riego de la aglaonema


La aglaonema es una planta que necesita de cierto nivel de humedad en el sustrato. Esto significa que los riegos deben ser frecuentes, pero no necesariamente abundantes: si te excedes y encharcas tu aglaonema, lo más probable es que consigas que sus raíces se pudran. Con el riego, como siempre decimos, es mejor quedarse corto que pasarse, pues los efectos de lo primero son mucho más sencillos de arreglar que los de lo segundo. Riega solo cuando notes que la capa superior del sustrato se ha secado, lo que puedes comprobar con un dedo, lápiz o palillo: si la tierra no se queda pegada cuando lo clavas, es que momento de regar.


Por último, puedes aportar a tu planta humedad sin riesgo de encharcarla si colocas la maceta sobre un plato con piedras o guijarros grandes y agua que no las cubra. Al mantener la base de la maceta por encima del nivel del agua, esta estará a salvo de encharcamientos, pero conforme el agua se evapore naturalmente, la humedad ambiental ascenderá hasta la planta. Hacer esto te evitará también problemas con plagas que aparecen cuando la humedad ambiental es demasiado baja, como la araña roja o el pulgón.


Sustrato para la aglaonema


Lo más importante con el sustrato de esta planta es que ofrezca un drenaje lo mejor posible. Puedes usar sustrato universal enriquecido, pero nosotros recomendamos nuestra mezcla universal para semillero: mezcla humus de lombriz, fibra de coco y turba a partes iguales y añade un buen puñado de vermiculita y otro de perlita.


Esto da lugar a un sustrato ligero, aireado y muy rico en nutrientes y microorganismos beneficiosos, con unas propiedades excelentes de retención de agua.


Abonado para la aglaonema


La aglaonema no es exigente en cuanto al abonado, pero agradecerá un aporte extra de energía en su temporada de actividad, sobre todo de cara a la floración. Añade uno o dos centímetros de humus de lombriz a la base de la planta una vez al mes o cada quince días en primavera y no lo hagas durante el resto del año, ya que el exceso de nutrientes no favorecerá a la planta en las épocas de menos desarrollo.


Ahora que ya conoces los cuidados de la aglaonema y sabes que necesita poca luz y puede estar muy bien creciendo en interior, quizás también quieras conocer otras Plantas de interior que necesitan poca luz.

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